Un 29 de febrero firmé mi primer contrato laboral de 40 horas. La fecha hace fácil que lo recuerde. Acababa de cumplir 24 años y mi idea para el futuro se centraba en una palabra: sobrevivir. Pagar el alquiler. Dejar de ser una carga económica. Suplantar el sostén que hasta entonces me habían dado las becas. No acabar el mes con 0€ en la cuenta. Ya sabéis, todas esas mierdas a las que nos vemos empujadas con urgencia si no hemos heredado un piso o no nos ha visto nadie doblando camisetas en una tienda de ropa en Londres porque nuestro padre es el dueño de un imperio financiero turbio y gigantesco.
Os leo dirección Madrid, en un tren, frente a una pareja heterosexual que no para de besarse cada dos por tres. Es incómodo porque ni la mesita que suele haber en estos asientos de cuatro que se miran unos a otros está desplegada, delimitando una separación. Siento que estamos en un mismo espacio, donde ellxs se colman de caricias y besos y vosotras me acariciáis a mí el corazón.
Él tiene un libro en la mano. He llegado a leer parcialmente el título: "Yogui Sutras..." y me pregunto si "sutra" significará "postura" y lo relaciono con el Kamasutra. Yo también tengo un libro. Dos de hecho. "El Año de Gracia" de Kim Ligget y "El Estrecho Sendero entre Deseos" de Patrick Rothfuss. El primero sin empezar y el segundo a nada de acabar.
No sé qué tiene la literatura y la ficción que nos abraza. Por eso quizá siempre llevo un libro en mi tote, para cuando necesito uno. Aún así no hay mejor literatura que leer a dos amigas dialogando, como las protagonistas de "Dónde estás mundo bello" de Sally Rooney.
Quizá el mundo bello es esto: no saber si algún día dejaré o no el piso donde nací porque mi familia por no tener, no lo tiene a su nombre. Quizá es observar a dos personas aparentemente enamoradas dándose cariño en un espacio de todxs pero a la vez de nadie. Quizá es sentiros tan cerca que con la simple lectura de vuestras palabras puedo emocionarme.
Quizá es eso y más, pero lo seguiremos averiguando.
Quizás no fuéramos nada sin precisamente lo común, esa serie de cosas que aisladas podrían parecer banalidades pero que compartidas tienen un sabor distinto. Nos encanta y nos honra que compartas parte de tu viaje y de sus detalles con nosotras. Nos parece un sueño que te podamos acompañar y que nos sientas cerca: nosotras también a ti.
Qué bonito leeros compartir ideas, recuerdos y emociones, entre vosotras y con nosotres. En un tiempo de inmediatez, mensajes breves y ruido abrumador, es hermoso contar con espacios seguros en los que encontrarnos.
Os leo dirección Madrid, en un tren, frente a una pareja heterosexual que no para de besarse cada dos por tres. Es incómodo porque ni la mesita que suele haber en estos asientos de cuatro que se miran unos a otros está desplegada, delimitando una separación. Siento que estamos en un mismo espacio, donde ellxs se colman de caricias y besos y vosotras me acariciáis a mí el corazón.
Él tiene un libro en la mano. He llegado a leer parcialmente el título: "Yogui Sutras..." y me pregunto si "sutra" significará "postura" y lo relaciono con el Kamasutra. Yo también tengo un libro. Dos de hecho. "El Año de Gracia" de Kim Ligget y "El Estrecho Sendero entre Deseos" de Patrick Rothfuss. El primero sin empezar y el segundo a nada de acabar.
No sé qué tiene la literatura y la ficción que nos abraza. Por eso quizá siempre llevo un libro en mi tote, para cuando necesito uno. Aún así no hay mejor literatura que leer a dos amigas dialogando, como las protagonistas de "Dónde estás mundo bello" de Sally Rooney.
Quizá el mundo bello es esto: no saber si algún día dejaré o no el piso donde nací porque mi familia por no tener, no lo tiene a su nombre. Quizá es observar a dos personas aparentemente enamoradas dándose cariño en un espacio de todxs pero a la vez de nadie. Quizá es sentiros tan cerca que con la simple lectura de vuestras palabras puedo emocionarme.
Quizá es eso y más, pero lo seguiremos averiguando.
Gracias, Bichas.
Quizás no fuéramos nada sin precisamente lo común, esa serie de cosas que aisladas podrían parecer banalidades pero que compartidas tienen un sabor distinto. Nos encanta y nos honra que compartas parte de tu viaje y de sus detalles con nosotras. Nos parece un sueño que te podamos acompañar y que nos sientas cerca: nosotras también a ti.
Seguiremos :)
Qué ganas de verte.
Qué bonito leeros compartir ideas, recuerdos y emociones, entre vosotras y con nosotres. En un tiempo de inmediatez, mensajes breves y ruido abrumador, es hermoso contar con espacios seguros en los que encontrarnos.
Y qué bonito leerte a ti también. Nos alegramos mucho de que te haya gustado :) Gracias por tus palabras y por el apoyo, compañera ♥️
Fuah.
¿Orgullo o qué onda?
Y nada de prejuicio. Orgullo pleno, el pecho henchido, el cerebro hinchado. La mejor dieta mental.
Quiero más. Gracias por abrirnos a vuestras experiencias <3